martes, 27 de noviembre de 2012

Rocío Márquez Morueta:No a la Violencia de Género


Querida mamá:
Como cada noche desde la ventana de la cocina, a eso de las nuevecomienzo a escuchar el soniquete de esananaEsa voz rota por las heridas que tienen la manía de no cicatrizar con el tiempo le ruega que se duerma conpremura, a escasa media hora para que llegue él; y es queaunque sabe que no le haría daño al bebé, no quieretenerlo entre sus brazos cuando llegue el primer bofetón, a modo de saludo, no quiere que las lágrimas quederraman sus ojos caigan sobre su niñoinocente y ajeno a todo lo que pasa en esa casa desde pocos mesesantes de que él naciera.
Me asomo a la ventana y la veoHoy se le ha olvidado correr el visillo y puedo ver con suma claridad la franjamorada que recorre su mejilla derechajusto bajo el ojo. ¿Cuándo ha sucedidoEsta mañana me la crucé en elascensor y no lo tenía.
Te puedo asegurar mamáque cada día se me hace menos soportable verla, y no son pocas las veces que heintentado hablar con ellaperocomo , no atiende a razonesHoy en el ascensor lo intente de nuevo:
—Bea…
Déjalo, ¿vale? Estoy bien, no pasa nada, me caí.
Así se justifica mientras yo miro uno de los moratones de su brazoQuizá piense aún que yo no soy capaz de oírlos gritos, los golpes y los insultos a través de esa pared que separa nuestras casasQué ilusa.
Pero como contigomamá, me siento impotente, no  que más hacer para ayudarlaporque ella no quiere ayuda. Solo esperopor el bien de ese pequeñoque él no sea capaz de llevársela para siemprecomo hizo contigo eseal que yo llamaba padre y ahora está encerradoEncerradosipero un poco tardeya que eso no te traerá devuelta conmigo.
Adiósmamá.
Rocío Márquez Morueta - 3º ESO A

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